miércoles, 27 de marzo de 2013

El camino perdido

No se si se terminó una era, si iremos al mundial o no, si los jugadores en europa rinden y acá no. Lo cierto es que esto de la selección no da para más.
Más allá de las responsabilidades del cuerpo técnico comandado por Tabarez, de los jugadores, de los periodistas oficialistas y fanáticos, también nosotros como hinchas de la selección tenemos nuestra responsabilidad. Hechizados por la labia de un entrenador que a diferencia de los "analfabetos, ignorantes y fachos" técnicos anteriores, nos tiraba frases existenciales, cursis, donde te hablaba de futbol pero también de la situación social, y de los procesos y de los caminos y de la maldita humildad yorugua, y arengados por un sector de la prensa, que reforzaba todo este hechizo hipnótico, durante mucho tiempo nos negamos la posibilidad de criticar las malas decisiones del cuerpo técnico que desde la Copa América hasta acá, han sido muchas y gruesas.
Ahora ya es tarde, lo que no se hizo, no se puede hacer en dos meses. Si a Cavani le pedimos durante dos años que jugara de volante, no le va a ser tan facil adaptarse a ser delantero en esta selección. Si durante años le festejamos a Tabárez que citara a Palito Pereira y al Tata González, no va a ser tán fácil que ahora no los incluya en el once titular. Si durante todo este tiempo permitimos que Uruguay jugara a tirarle pelotazos a Suárez para que se arregle solo, no pidamos ahora juego colectivo. Si los pibes fueron perchados mil veces no pidamos ahora que Aguirregaray, Ramírez o Lodeiro entren y cambien el partido. Si nunca le dimos las chances a Gargano y Cebolla Rodríguez no esperemos que entren a jugar con confianza y soltura. Si la renovación es una gran mentira, no podemos seguir creyendo las pavadas sobre el camino y la recompensa. Si en muchos años de trabajo, la selección no logró jugar a algo identificable, crear un estilo, un modo reconocible, tan fuerte y aprendido que va más allá de los once que circunstancialmente entren a la cancha (ejemplo Argentina, Ecuador, Colombia, España, Barcelona, etc) no nos agarremos con los que entran desde el banco y se mandan una macana. Ellos tampoco saben, cómo el cuerpo técnico, y los que miramos a la selección, qué carajo es lo que tienen que hacer.
Luego de años de que el camino sea la recompensa, nos damos cuenta que no sabemos dónde estamos, porque  ibamos dormidos, hipnotizados, demasiado fanatizados como para darnos cuenta que estábamos perdidos.