viernes, 27 de julio de 2012

otra vez arroz

Es muy difícil hablar de las selecciones uruguayas sin repetirse. Los debuts en los torneos terminan siendo un bodrio, que no cumplen ni con la mitad de las expectativas que la gente genera. El ciclo de Tabárez se ha caracterizado por un puñado de cosas que a la larga han dado algunos buenos resultados. La línea de 3 por ejemplo, dio resultado seriamente solo en el partido contra Paraguay, en las últimas eliminatorias, en el estadio Centenario. La circunstancias de ese partido llevaron a que Tabárez hiciera una corrección en su planteo táctico a pocos minutos de empezado el partido, que a la postre le dio buenos resultados, y ese partido Uruguay lo terminó ganando bien. Esa fue la única vez, por eso no se entiende el motivo de la línea de 3 en el partido contra los árabes. Y mucho menos si en los partidos de preparación apenas fue usada en algunos minutos. Esta selección uruguaya no tiene zagueros que se adapten a este esquema, ya que para usarlo se necesitan jugadores rápidos, que sepan anticipar y salir rápido, además sabiendo pasar la pelota. Ni Coates ni Rolín saben pasar la pelota adecuadamente, ni son tan rápidos como para anticipar a los delanteros. El caso Arias merece un párrafo aparte. Es un jugador que tiene una capacidad innata para pasarle el balón siempre al rival. No sabe marcar, ni sube con criterio, y es un flan. En el gol de los árabes le puso una pelota en el pecho a un defensor rival, que salió jugando con el tipo más talentosos que tenían ellos, quien rápidamente hizo un gran pase que dejó de cara al gol al delantero Matar. En el gol se equivocó 2 veces: mal el pase y mal el cierre (el pase fue a sus espaldas). En general vi y escuché una sobrevaloración a lo realizado por el equipo rival, y no una crítica profunda a lo que pasó con nuestro equipo. No vi críticas al planteo de DT uruguayo, ni a los cambios, ni a la idea (si es que hay) que se propone para estos j.j.o.o. No se dijo que la defensa estuvo dubitativa todo el partido, ni que el medio no agarró a nadie, ni que Arévalo Ríos jugó prácticamente solo. Ni hablar de la poca generación de fútbol y de la escasa participación de los delanteros. Tuvimos suerte, uno de los factores más importantes del ciclo Tabárez. En el mejor momento de los árabes, cuando estaban para terminar de hundir a la selección uruguaya, llegó el golazo de Gastón Ramírez, que dicho sea de paso, fue casi lo único que hizo. El error de la selección petrolera fue querer hacer el 3er gol antes que el 2do. Grave error!
En el segundo tiempo la cosa cambió, a pesar de sacar a Aguirregaray (junto a Arévalo lo mejor del primer tiempo) y mantener a Arias, se jugó con línea de 4 y la cosa fue otra. Albin que estuvo perdido todo el primer tiempo se empezó a sentir más seguro. Rolín y Coates se repartieron de forma aceptable las tareas en la zaga, y el medio tuvo más aire, porque ya no le ganaban la espalda con tanta facilidad. Por supuesto fue un acierto la inclusión de Lodeiro, un tipo por el que en general nadie da dos pesos, y no es de mi simpatía futbolística, pero se mandó un gran partido, diría que el mejor desde que viste la celeste. Los delanteros siguieron jugando muy mal, cada uno con un balde de 50 lts en la cabeza. Intentando resolver solos situaciones imposibles de resolver a pesar del bajo nivel de los defensores rivales. Uruguay terminó ganando bien, pero no le sobró nada. Ganó porque supo resolver una situación que el rival no resolvió. Llegó poco pero con efectividad, sin estar ni cerca del día soñado de Suárez o Cavani, que otra vez volvió a jugar de lateral derecho, como le gusta al Maestro. Los árabes terminaron siendo una selección simpática, que cayó en la trampa de las modas futbolísticas, del toquecito intrascendente para los costados, los caracoleos de los buenos jugadores y las pisaditas para atrás a 50 mts del arco. Una selección con jugadores con lindos peinados y pieles tostadas envidiables. Uruguay, en cambio, si quiere aspirar a cosas serias debe mejorar, pero de verdad, porque si no se va a volver rápidamente silbando bajito uno de los himnos más feos del mundo.

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