lunes, 11 de junio de 2012

El nuevo Chino Recoba

Podría empezar estas líneas tirando pistas como "tiene la misma edad que la cantidad de goles convertidos en su selección" "es rubio, fachero y garcha buenas minas", pero es mucho mejor ir directo al grano.
El señor Diego Forlán, de talento indiscutido tanto dentro como fuera de la cancha es el nuevo Álvaro "Chino" Recoba. Sería demencial poner en tela de juicio el talento que tienen y sobre todo el talento que tuvieron estos dos jugadores que supieron compartir plantel en el mundial del 2002, en Asia. Forlán es el jugador que le pega mejor a la pelota en este país, le pega con las 2 indiferentemente, y es un tipo que más allá de su edad aún tiene resto y cosas para aportarle a nuestro fútbol. Pero no de esta forma. No puede jugar a 200 metros del arco (culpa compartida con Tabárez), no puede jugar a velocidad crucero, y mucho menos seguir haciendo esos rodeos caracolinos que terminan con la pelota en los pies de los rivales. Si está mal y no puede jugar está en todo su derecho, pero tiene que advertir al técnico para que juegue otro compañero, y no a los 60 minutos del partido después de errar todos los pases, después de tirar mal casi todos los tiros libres y los corners, debería tener mayor madurez y solidaridad con el equipo. Parece un jugador infeliz, depresivo, sin brillo. Entiendo perfectamente que no tuvo un gran año en su equipo y que eso lo tiene mal, con la cabeza quien sabe donde, porque no sabe si sigue ahí o si lo van a vender (pegar una patada en el culo), pero hay cuestiones que tienen que ver con la actitud que hay que tener que en estos momentos y Forlán no la está teniendo.

Está bien, me pueden tildar de injusto por mis precipitados enunciados, y por sobre todas las cosas por no poner del otro lado de la balanza, en este momento difícil para el jugador, todas las alegrías que nos ha brindado jugando para el seleccionado uruguayo. Puede ser. Pero el Forlán del mundial no vuelve más, no se esperancen. Ahora hay que luchar y soñar para que vuelva el Forlán con brillo, que no fiolaba a sus compañeros, que corría y le pegaba tremendos bombazos imposibles de agarrar para cualquier arquero. Me entusiasma ver a aquel Forlán que desbordaba calidad en todas las canchas de América, y no a este que putea y quema a los compañeros cuando la pelota se la tiran 30 centímetros más larga, que vuelva aquel del pique furibundo y que se vaya este que corre menos que un caracol. Qué se vayan esos fantasmas del Chino Recoba, que aparecen cuando Forlán va a patear los corners, que se vayan y no vuelvan, por el bien de todos.

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